Todos los artículos sobre el Cambio Climático
suelen empezar con frases del tipo de “ hoy en día ningún científico pone en
duda que el aumento de CO2 es la principal causa del cambio climatico…” lo cual
es un mal comienzo, porque lo típico de un científico es dudar, como nos enseñó
Descartes.
Viene esto a que he leído el pasado día 2 de
marzo el artículo de la Sra. Consejera de Medio Ambiente, a quien respeto y
aprecio, en el que se apunta sin fisuras
al credo descarbonizador, marcándonos unos ambiciosos objetivos de reducción
del CO2 para los próximos años, liándonos con el gravoso asunto de los precios
de los derechos de emisión.
No voy a cantar las excelencias del anhídrido
carbónico, elemento indispensable para que nuestros bosques crezcan lozanos y rápido,
pero sí quisiera decir que en una
comunidad en la que uno de los principales contribuyentes fiscales es una
empresa que refina petróleo, que muchas fabricas hacen piezas de automóviles,
otras tubos y válvulas para perforar en busca de petróleo o cadenas para
sujetar las plataformas, y siendo el precio de la energía un problema para
todas ellas, debiéramos tomarnos con una cierta mesura nuestra lucha contra el
carbono, para no pegarnos tiros en los pies.
Estoy seguro de que las empresas y los
particulares de la CAPV no quemamos alegremente ningún combustible, y que según
avance la tecnología nos apuntaremos a cualquier otra fuente energética que sea
más económica y viable y a todo lo que mejore la eficiencia energética.
Sospecho que estas reuniones, como la Cumbre
de Paris, en las que se vaticinan grandes catástrofes para la Humanidad, ya sea
el terrorismo o el cambio climático son aprovechadas por algunos listos para
hacer negocio, ya sea vender armas o derechos de emisión de CO2.
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