En el ultimo viaje a Madrid he leido una pequeña publicación de Jesus Lopez Diaz sobre las construcciones que se hicieron tras la apertura de esta calle madrileña a finales del XIX y principios del XX y me he ido a constatar lo que decía.
Explica que la calle tuvo tres fases: una primera que asciende desde la calle de Alcalá (siguiendo el curso de un arroyuelo), una segunda en la meseta de donde venia la corriente y una tercera descendiendo hacia la plaza España siguiendo otro pequeño curso de agua.
Un cierto numero de edificios fueron proyectados por arquitectos de origen vasco, de diferentes estilos
En la primera fase los edificios son clásicos, en un estilo antiguo, (y rancio) con elementos de los palacios clásicos, con casinos militares o similares
El piso más importante suele ser el "principal" con mas balcones, donde vivían los mas acomodados. (Antes de la implantación de los ascensores, los pisos bajos eran los más cotizados).
La segunda zona que se hizo a partir de 1920-1936 es la que considera más interesante arquitectonicamente, diseñada por arquitectos que querían innovar y adaptarse a las tendencias europeas.
El Palacio de la Prensa de 1924, fue obra de Pedro Muguruza, nacido en Elgoibar, que empezó siendo algo moderno pero que después de la guerra gozó del favor de Franco y paso a un estilo más clásico
El edificio de la Telefonica, que entonces era propiedad de una empresa americana, la ITT, copió el estilo de los rascacielos de Nueva York, ademas de usar por primera vez la estructura metálica como aquellos, siendo en años uno de los edificios más altos de Europa. Pero no pudo evitar poner un toque barroco en los adornos de su portada
Tercera zona. Se edifico después de la guerra y se nota el estilo imperial del franquismo, de ladrillo y piedra alejado de cualquier modernidad. Aquí trabajaron a destajo los hermanos Otamendi, de origen guipuzcoano.
Este es el mamotreto masivo de "los Sotanos", que hicieron para la inmobiliaria Metropolitana (también de capital vasco) y ligada con el Metro, donde habían trabajado los Otamendi
Del mismo estilo es el Edificio España, (1947-1953) con su estilo neobarroco, que fue el edificio más alto de España después de la guerra, maravilla de quienes iban a Madrid en viaje de bodas y subían a su terraza con piscina. (Un tio mio)
Ahora es un hotel de Riu con bajos de Zara
Y de los mismo autores es la Torre de Madrid, que tomo el relevo de edificio más alto, y como las anteriores fue encargo de la Inmobiliaria Metropolitana. Mas hormigón armado, aunque con aire más moderno que las anteriores.
Con razón decía mi padre que tuvieron que ir los vascos para enseñar a construir en Madrid, aunque estos mamotretos no son para estar muy orgulloso.
Dejando la Gran Via, y subiendo por la calle Princesa tenia curiosidad por llegar a la Casa de las Flores, una manzana diseñada por el arquitecto bilbaino Secundino Zuazo, antes de la guerra, que también es conocido por haber iniciado los Nuevos Ministerios, y que en Bilbao nos dejó el edificio de Correos, (uno de los mas equilibrados de la villa).
El jardin interior
Pude asomarme a un portal que estaba abierto, que parece que conserva la decoración original
Para ser un edificio construido hace 90 años, destila una modernidad que contrasta con el estilo rancio de los edificios neoherrerianos de posguerra del barrio de Arguelles, en sus proximidades, con ese tufo de construcciones militares que tanto gustaba a los vencedores.
Zuazo también hizo algunos edificios de viviendas populares en la zona de la Castellana, aunque estos de la Avda de América también podrían tener su estilo. (pero es solo mi idea)
Y ya volviendo hacia el autobús, le eché una foto a las torres blancas, discutido edificio de Saenz de Oiza, que según cuentan es mejor para verlo que para vivirlo
Con todo mi edificio favorito de Madrid es el antiguo Banco de Bilbao, en la calle de Alcalá, que fue obra de Ricardo Bastida (también de Ondarroa), con sus dos características cuadrigas.
No se si se conservaran los frescos de Aurelio Arteta, pero le eche un ojo a la entrada y me pareció que en la reforma para hacer oficinas, había desaparecido todo rastro de grandiosidad que sin duda tuvo en origen. Debajo de una de las cuadrigas hay un escudo de Bilbao, recordando a la empresa que lo encargó. De todas las maldades que debemos al que fue presidente del BBVA Francisco Gonzalez, una de las peores es haber malvendido esta joya. Caiga sobre él nuestro eterno reproche.
