En cuanto acabó la final del torneo, a este chico le faltó tiempo para ponerse el reloj Rollex con el que ha aparecido en todas las fotos en las que recogía el trofeo, para cumplir con sus compromisos publicitarios.
Evidentemente este peluco dorado de bastantes gramos de peso no se puede utilizar mientras está jugando, porque seguramente le produciría una lesión de hombro o le descalificarían por ayudarse de una masa adicional para dar más fuerza a sus golpes. Es decir, que no es un trasto que esté relacionado con el deporte, sino con el lujo y la exclusividad de la gente que pueda y quiera pagárselo.
De hecho, como reloj, da la misma hora que mi Casio de 30 euros, y aunque puede que tenga una precisión de 2 segundos al año, eso solo importa si eres el encargado de los lanzamientos de la NASA.
He leído un articulo sobre los 8 contratos publicitarios, y además de Rollex, también se apunta a Louis Vuiton "porque dice que está muy interesado por la moda".
Estos tipos, pese a su banderita, solo pertenecen al país del dinero y el lujo, nada mas alejado de los pobres españoles de clase media o baja que jalean y celebran sus victorias.
Cambia la camiseta, pero el reloj se mantiene
No hay comentarios:
Publicar un comentario