Empezamos el nuevo mes con la paellada familiar el dia 3 en Belord. Todo bien, son buena gente.
A la noche me llama Arnal que hay una fuga. Voy el 4 y la arreglan, aunque tengo algunos daños. Dará algo de trabajo
Vuelvo el 5 y me quedo a dormir en el saco en el sofa. Bastante cómodo, y se ve amanecer desde el saco. Habrá que repetir
El sábado 6, buen tiempo y marea alta voy a Barrika desde Bk. Y por la tarde volvemos a Lemoniz, a ver la ruina de hace 40 años. No hacen nada para que sea visible. No es una imagen para el calendario BBK
Luego a Arminza, parece que a gusto.
El domingo 7 sigue buen tiempo y repito Barrika. Mucha gente y parece que va calando la afición al despelote.
Pasa la siguiente semana con calores, el lunes a Burgos con Pi y Ai, un par de dias playa, otro Galdakao, un par de noches en Bk, en el saco...
El monasterio de Rioseco, y Puentedey. Mucho calor.
La noche del martes, 9, no vi las lagrimas. Parecía una noche romántica en la costa azul.
Ya van poniendo las txoznas y nos amenaza la tabarra de las fiestas. Es loable el esfuerzo de los comparseros, aunque no comparto su objetivo: vender alcohol.
El domingo 14 Ju me devuelve la Touran, después de su viaje a la isla.
Lunes 15, festivo, día de la Virgen, pero hay Bolsa. El dinero pasa de vírgenes.
Arreglos en Bk y vuelve Bg de Grecia
24 mier. Voy de excursion con E a pasar el día. Había cogido las entradas para Ojo de Guareña a las 13h. Paramos a las 11.30 en Espinosa a tomar un café.
La visita es de 45 min, incluidos 10 min de un video bastante bien hecho
El recorrido no es largo y acaba en la capilla con los frescos del siglo XVII Y XVIII
Comemos un menú en Pedrosa (que no se si habrá tenido algo que ver con mi gastroenteritis de hoy 25) y luego vamos al Monasterio de Rioseco. No tomé fotos. Y luego a Puentedey
Para variar volvemos por el puerto de Los Tornos
y paramos en Lanestosa y Ramales antes de llegar a casa.martes 30: Sale buen día y voy a la mañana a Sopelana. Por la tarde se nubla.
Estoy preparando el viaje a Ponferrada para llevar a B.
Revolviendo folletos me han aparecido las facturas del viaje de bodas en abril 1986. Es una sensación agridulce. Recordar los momentos en que se iniciaba todo, con toda la ilusión posible, y no se podía prever las cosas que iban a ocurrir, buenas y malas.