En
Euskadi tenemos una gran experiencia en oponernos a casi todo, a veces con
motivos y otras veces sin ningún
fundamento: Lemoniz, la autovia del Leizaran, Itoitz, las incineradores de
basuras, los crematorios de cadáveres, las canteras, el tren de alta velocidad,
los dragados de arenas, los tendidos eléctricos,…..
la lista es interminable. El tiempo se suele encargar de demostrar quién tenía
más razón en cada caso.
Los que
están en contra nos suelen anunciar los grandes daños ecológicos que se pueden
producir y los que promueven la
infraestructura nos cantan los beneficios económicos y sociales que se van a
lograr. En general la verdad suele estar en el medio.
Ahora
el debate le toca al fracking, esa técnica que consiste en perforar primero verticalmente, hasta llegar a una
capa de esquistos o pizarras que tengan hidrocarburos liquidos o gaseosos
ocluidos, donde se gira 90 grados y se perfora horizontalmente para a continuación
fracturar la roca con explosivos u otros medios mecánicos para que salga el
hidrocarburo. Para ayudar a ello se inyecta agua y arena para mantener abiertas
las fracturas y algunos otros compuestos químicos que resultan sospechosos para
los opositores al método.
Los
contrarios dicen que en Francia se ha prohibido esta técnica, sin aclarar que
nuestros vecinos tienen una potente industria nuclear que les proporciona el
70% de su energía eléctrica y que no les interesa promover una tecnología que
haga competencia a la que ellos quieren impulsar.
En
Europa el país que más se ha lanzado al fracking es Polonia, y si alguien quiere a su tierra
tienen que ser los polacos. Yo me resisto a creer que una nación que ha luchado
y sufrido tanto por su independencia
vaya a hacer algo que destruya el futuro de sus tierras y sus gentes.
Los
otros que están metidos hasta el cuello en el tema son los Estados Unidos,
donde el problema es el exceso de producción que ha hecho que baje el precio
del gas hasta que casi no sea rentable extraerlo.
Así en
EEUU y Canada se paga a menos de 3 dolares el millón de Btu, mientras que en
Europa anda a unos 11 o 12 dolares y en Japon que han tenido que aumentar sus
importaciones a cuenta de la ocurrencia de apagar las centrales nucleares
tienen que pagarlo a 17 dolares/MBtu.
Esta
tecnología del fracking parece que puede funcionar bien en cuencas
sedimentarias con estratos horizontales, pero el problema de Euskadi es que
aquí no hay más que plegamientos y todos los estratos están inclinados, salvo
en la llanada alavesa.
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estratos inclinados en Donosti |
Así pues el problema más que ecológico sería de
rentabilidad. Este
plan que nos anuncio Patxi Lopez en
Texas, como casi todos los suyos, puede que sea mercancía averiada, y que sus
socios nos quieran liar para que hagamos unas inversiones en algo de dudosa rentabilidad.